El texto Tierra de vampiros de Marks, intenta
contarnos el mito del vampiro desde el uso de las
tecnologías, el horror que viene en una cinta VHS o DVD
(este tema ya fue abordado en el filme "El aro"). Muchos
dirán que "El Aro" tocó otro tipo de horror, que
nada tiene que ver con el vampirismo. Eso es cierto. Pero Marks
no es el primero que usa la tecnología para crear un nuevo
vampiro. Ya nuestro maestro Horacio Quiroga, adelantado a su
tiempo como el divino Poe, había tratado este tema en su
texto El Vampiro (1927) que aparecerá en
su antología intitulada Más allá.
Aquí Quiroga toma una temática nueva en su contexto
de época (el cine como arte se esta descubriendo en los
países del sur y en el mundo, por decirlo de una manera),
en este relato el concepto de vampirismo cambia de forma radical,
ya no es un ser con colmillos, ni algo monstruoso salido de la
selva americana, como lo planteó en su cuento El
almohadón de plumas; el cine será el
instrumento que recoge Quiroga para revivir el mito que
había despertado la publicación de
Drácula en 1897, ya en 1922 Murnau había
realizado una versión cinematográfica de
Drácula, intitulada Nosferatu (El
no-muerto), ya que no se le permitió llevar dicha novela a
cabalidad en la película. La historia es narrada por su
protagonista (Grant), quien desde un sanatorio mental cuenta la
fábula de una damisela extraída del cine por medio
de unos rayos N1, por otro personaje: Rosales.
Rosales busca al narrador para que le ayude en sus
investigaciones científicas para corporeizar una imagen
femenina. Rosales acude a Grant, narrador del cuento;
hábil científico y escritor de artículos
para varias revistas científicas, que será el nexo
de unión y comunicación de estos dos seres. Rosales
como un nuevo Frankenstein se hará de los últimos
avances de la ciencia y a través de una proyección
recrea a su heroína. Pero al igual que la novela de
Shelley el creador es devorado y destruido por la criatura
creada. Grant alerta a Rosales, del peligro de querer ser Dios,
de resucitar a una muerta, le advierte que este ser lo
está consumiendo en vida:
Y ella era un espectro.
– ¡Rosales! – exclamé en cuanto
estuvimos un momento solos -. ¡Si conserva usted un resto
de amor a la vida, destruya eso! ¡Lo va a matar a
usted!
-¿Ella? ¿Está usted loco,
señor Grant?
– Ella, no. ¡Su amor! Usted no puede verlo, porque
está bajo su imperio. Yo lo veo. La pasión de
ese… fantasma, no la resiste hombre alguno.
-Vuelvo a decirle que se equivoca usted, señor
Grant.
– ¡No; usted no puede verlo! Su vida ha resistido
a muchas pruebas, pero arderá como una pluma, por poco que
siga usted excitando a esa criatura.
-Yo no la deseo, señor Grant.
– Pero ella, sí lo desea a usted. ¡Es un
vampiro, y no tiene nada que entregarle! ¿Comprende usted?
(1981:292)
La historia tiene el desenlace de una historia fatal de
vampiros, Rosales es destruido por su creación, la mujer
vampira cuyo nombre es ignorado en la trama destruye a su amante.
Señala Quiroga al finalizar la historia:
Mi impresión es otra. La calma de su rostro no
había variado, y aún su muerto semblante conservaba
el tono cálido habitual. Pero estoy seguro de que en lo
más hondo de las venas no le quedaba una gota de sangre.
(p. 293)
Este relato hace la referencia a las salas de
proyección de la época, el origen del cine
gótico se remonta a los comienzos del expresionismo mudo
alemán, época en la que Quiroga se desarrolla, ya
se ha dicho que él mismo, se encargó de escribir
artículos sobre el tema referido. La primera
película que reúne los dos géneros es El
Gabinete del Doctor Caligari, dirigida por Robert Wiene en
1919. Si bien la escenografía de este filme no encuadra
dentro del esquema de lo gótico, ya que es surrealista, el
filme en sí, tanto en su tema como en la atmósfera,
según Caligari (2003) este filme nos introduce en los
primeros conceptos del cine de horror gótico. Esta
historia recreada en el tema de los sueños, el
sonambulismo, la locura, el amor y la maldad nos transporta a un
ambiente gótico sin necesidad de valerse de cementerios ni
de castillos embrujados. El argumento plantea como el
médium Cesare comete estremecedores crímenes bajo
las ordenes hipnóticas del Dr. Caligari, el cual
recorría las ferias de las ciudades alemanas mostrando a
su sonámbulo, como si éste fuera un objeto de
circo.
Y el texto El Vampiro no pude ser más
estremecedor, sólo con el mismo inicio del relato: "Son
estas líneas las últimas que escribo".
II
La lectura de Tierra de Vampiros (2007) es lenta,
lineal y deja en el lector un sabor amargo, más cuando en
la portada de edición leída se señala:
¿Creías que lo sabías todo sobre vampiros?
En verdad, esta pregunta se queda corta. Esta pregunta va
más acorde a textos como: "El libro completo de los
vampiros" (2002) de N. Jackson, o "Vampiros: Mito y realidad de
los no-muertos" (2003) del español Miguel Aracil,
o"Brujas, hombres lobos y vampiros" (2007) de Renzo Vitallini; o
en todo caso las tres antologías que ofrece el Grupo
editorial Tomo (2004) de origen mexicano que recoge los mejores
textos escritos sobre el tema.
En el texto de Marks Tierra de Vampiros, un
supuesto vampiro Ion Torgu, se nos es presentado como un asesino,
una especie de Jefe al más grande estilo de la mafia
siciliana, pero su plan de acción es Rumanía. A
estas tierras es enviada la protagonista del relato: Evangeline
Harker. Y el lector se ubica: Stoker. No hay otro. Este es otro
palimpsesto del Drácula de Stoker. Homenaje o no se
que como señala en sus saberes Stephen King.
Conecta Marks a este personaje (Ion Torgu) con un
vampirismo psíquico, un vampirismo mental (pero que
trasmite su poder por medio del lenguaje, el poder de las
palabras como condena y recordatorio de los pecados que carga la
humanidad, y no por ello coloca de manera tonta como cita de
introducción unas palabras de Homero de La odisea:
"…fluía su negra sangre. Entonces se empezaron a
congregar desde el erebo las almas de los difuntos".
Pero este palimpsesto de Stoker u homenaje se termina
también convirtiendo en una caricatura del mito vampirico.
Más que extraña, esta novela exilia el mito
originario del vampirismo. Es bien cierto que coloca los
personajes en sitios claves y recorre el viaje de Drácula
hacía otro país, pero Ion Torgu no nos arropa con
su sombra como lo hace el conde.
Debo confesar que en la página 297, parte del
climax del relato, creí que el vampirismo iba a explotar
en toda su plenitud: "Una repetidora de Canadá sufre un
cortocircuito, los ordenadores de la planta veinte mueren y por
los pasillos corre un estremecimiento de terror, como si un
invitado largamente esperado hubiera llegado por fin". Pero, no
es así, así como en La Historiadora de
Elizabeth Kostova, el vampiro aparece al final y es derrotado de
una manera absurda, creo que hubiese sido más
difícil quitarle un caramelo a un niño, que la
forma como es destruido Ion Torgu.
III
El relato de Marks por su parte ofrece aportes (nuevos
no) a la enciclopedia nuestra del vampirismo. Una de ella es esa
voz de los muertos, un tanto diálogica al estilo Batjin,
es un susurro en un vampirismo psíquico que el autor
plantea. Es ese coro de voces lo que mantiene al texto, la
intriga de esos nombres. Veamos un fragmento de la novela donde
Ion Torgu asume el papel del Hades griego, al señalar que
lleva encima el peso de los muertos:
"…Para mí es mucho más. Yo
sé sus nombres y conozco sus rostros. He heredado ese don.
Ellos vienen a mí, uno a uno, en una sucesión
interminable, y su dolor no cesa. Su dolor me inunda, y debo
escucharles. Y pronto, usted también escuchará.
Usted y los demás, la raza entera, compartirán este
peso insoportable conmigo".
Más que cargar el peso de los muertos, el poder
de Torgu esta en que domina la lengua o idioma (llámese
como se llame) de los muertos. Más adelante señala:
"Me he dado cuenta de que, con muy pocas excepciones, mi voz es
el mejor medio para ganar la opinión de los demás".
Pero esto no es del todo cierto, pues el personaje usa lo mismos
trucos que usa Drácula cuando lleva a Jonathan Harker a su
castillo, veamos otro ejemplo donde se evidencia:
"-Por supuesto, necesito que se quede aquí
conmigo hasta que me marche, en calidad de consejera. –
Sacó una postal del sobre, una fotografía banal y
mala de una montaña verde -. Necesitaré sus
direcciones de correo electrónico, contraseña y
número de cuenta…" este diálogo entre Torgu
y Evangeline es muy similar al del Conde y Jonathan, veamos un
ejemplo en el texto de Stoker:
"-¿Ha vuelto a escribir, desde su primera
carta, a nuestro amigo el señor Peter Hawkins o alguna
otra persona?
Le contesté, no sin cierta amargura, que no;
que por ahora no veía yo posibilidad alguna de enviar
cartas a nadie.
– Entonces escriba ahora, mi joven amigo –
dijo, apoyando su mano pesada sobre mi hombro -, escriba a
nuestro amigo, y a quien quiera, y dígale, si no le parece
mal, que estará aquí conmigo un
mes.
– ¿Desea usted que me quede tanto tiempo?
– le pregunté, pues la idea me encogió el
corazón.
– Mucho, sí; además, no le
admitiré negativas. Cuando su patrón, o jefe o lo
que sea, se comprometió a enviar a alguien de su parte,
quedó entendido que mis necesidades se limitaban a la mera
consulta. Y aún no he terminado. ¿No es
así?
¿Qué podía hacer yo, sino
asentir? Era interés del señor Hawkins, no
mío; debía pensar en él, no en mí;
además, mientras hablaba el conde Drácula, algo en
sus ojos y en su actitud me hizo recordar que me encontraba
prisionero, y que si él quería, podía no
tener elección. El conde percibió su victoria en mi
asentimiento, y su dominio en la inquietud de mi cara, pues
inmediatamente empezó a utilizarlos, aunque a su manera
afable e irresistible.
-Le ruego, mi joven y buen amigo, que no aluda en
sus cartas a otros asuntos que los estrictamente profesionales.
Sin duda a sus amigos les agradará saber que se encuentra
bien y que espera reunirse pronto con ellos. ¿No es
así?"
IV
El texto de Marks muestra una identidad paralela de sus
personajes con los de Stoker, sin hablar aún de
argumentos. El primero de ellos es Evangeline Harker, aún
cuando no se menciona su consanguinidad con el personaje de
Stoker, su padre se llama Dub Harker, pero en ningún
momento lo relaciona con el personaje de Stoker. Pero es de
recordar que Stoker al final de su novela señala que de
Mina y Jonathan nació un hijo varón, que fue
bautizado con el nombre de Quincey. De allí otros autores
han tomado las raíces genealógicas para personajes,
como lo que sucede en Drácula 2000, que la hija de
Van Helsing es buscada por el vampiro.
Otra similitud es la de que Torgu quiera ir a New York,
lo mismo que en su época hace drácula para ir a
Londres, para ello contacta a personas de aquella ciudad, y que
casualidad, Evangeline Harker es enviada a Rumanía.
Sólo falto que Torgu recibiera a Evengeline en un castillo
como lo hizo Drácula en su momento y señaló
aquella frase inmortal que perdura a través de los
tiempos: "- Yo soy Drácula. Le doy la bienvenida,
señor Harker, a mi casa. Pase, el aire de la noche es
frío, y seguramente necesita comer y descansar". A
Evangeline la espera Torgu en la entrada de un Hotel.
Véase también en el texto de Marks, que
Torgu envía a nombre de Evangeline Harker varias cajas a
la "Televisora" donde trabaja en New York, al espacio televisivo
conocido como: La hora. Recuérdese que Stoker usa el mismo
elemento, envía cajas con tierra rumana, como una forma de
no desligarse de su tierra, lo mismo hace Ion torgu con sus
cachivaches – como señala Evangeline – que son
en si su esencia, y que al final se observa que Torgu pierde su
poder cuando otro personaje (Julia Barnes) elimina mediante una
explosión la guarida del monstruo. En Drácula van
eliminando las cajas colocándoles ostias a la tierra que
trajo Drácula para protegerse, y que por ello el vampiro
se ve obligado a volver a su país de origen. En las cintas
que llegan al canal televisivo traen la esencia del vampiro, el
mal, que por lo visto no es visible a los ojos humanos. Aunque
esta característica es ambigua, pues no sale en una cinta
de video, pero en otra parte del texto Evangeline señala
que Torgu aparece reflejado en los espejos.
En la escena final, Torgu espera que le maten con un
cuchillo, pero Evangeline uso el poder de la carne, que es lo que
ansía el monstruo, para que este se convierta en ceniza
(consumido por el fuego de la pasión, virtud que
sólo es humana, parece decirnos el texto esta posibilidad,
los muertos no aman), y nótese que casualidad a
Drácula se le mata no con una estaca como todo el mundo
cree: "Pero en ese instante relampagueó el gran machete de
Jonathan. Dejé escapar un grito al ver cómo el
golpe le cortaba el cuello; al mismo tiempo, el cuchillo del
señor Morris le atravesó (a Drácula) el
corazón".
Otro personaje que sigue rasgos similares es Austen
Trotta y Abrahan Van Helsing (el viejo sabio que enfrenta al
monstruo). Dos personajes objetivos, aún cuando Trotta si
cae en el hechizo del monstruo.
Stimson, es la máscara del Renfield stokiano,
ambos esclavos del vampirismo, humanos que esperan la
inmortalidad, al considerar que sirviendo al monstruo
serán beneficiados con la sangre maldita que da la vida
eterna.
V
Pero este texto muestra un vampirismo distinto, no hay
colmillos, más bien los que llevan el virus sufren una
caries que les va devorando la dentadura y los envuelve en un mal
aliento. Se observa que estos vampiros comen y devoran carne
fresca.
La imagen de que Evangeline deja de tener pelo lizo y se
le transforma en rizado recuerda a la imagen usada en la
película Entrevista con el vampiro, cuando Claudia
es convertida en hija de la noche.
Aunque la llegada de Evangeline a Rumanía va
cargada de ese miedo a las tierra de los vampiros. Al conocer a
Torgu se señala en el texto: "Yo tenía las manos en
los bolsillos y el anillo se deslizó hasta uno de mis
dedos, como si buscara el calor humano. "Si fuera un anillo
mágico – pensé- trataría de
esfumarme…" esta referencia a Tolkien es esencial, pues
Evangeline en su sentido de mujer sabe que está ante una
presencia maligna, más aún así, se deja
arrastrar por Totgu.
Los dos griegos, señalados como Vourkulaki, son
dos vampiros que asedian la cárcel de Evangeline, en la
guarida de Torgu, luego aparecen en la carretera tres,
véase la semejanza con las tres vampiresas que aparecen en
el texto de Drácula. Estos tres seres
también recuerdan al relato de La familia del
Vourdalak de Aleksei Tolstoi, nombre que viene de los
vampiros eslavos.
Las mismas descripciones que se hacen de Torgu son
ambiguas: "No era natural, ni siquiera sobrenatural. No
había forma de verle como a un humano". Los mismos
tatuajes que lleva y que empiezan a aparecer en el cuerpo de
Evangeline, es un deseo frenético del vampiro de
comunicarse con el mundo de los vivos. Quizá por ello
busca un medio de comunicación para hacer llegar su
mensaje que no es otro que un virus informático del mal
que debe ser enviado a toda la humanidad. En la filmación
la imagen no aparece, pero si ese murmullo maldito de voces
discordantes, que es en sí el virus para convertir a la
humanidad en una sociedad de vampiros.
Así como el Drácula de Stoker que
en su momento uso la tecnología para ambientar su novela
(Cartas, recorte de periódicos, Diarios, el
telégrafo, una cámara Kodak, entre otros). Marks
usa el genero epistolar por medio del E-mail, Austen Trotta lleva
un diario, el uso de material para filmar, cámaras, todos
estos elementos hacen hincapié en que Stoker no esta lejos
como inspiración, por ejemplo: "Dice que alguien ha
gravado diez cintas de una silla en una habitación
vacía. Imagínatelo, cinco horas de metraje. El
audio captó unos vagos sonidos como susurros".
Véase que los estudiosos de Poltergeist actuales
señalan que cámaras fotográficas han captado
imágenes de fantasmas. Esta característica la usa
Marks, por ejemplo: "De alguna manera, la cinta de vídeo
rumana estaba contaminada. Visualmente, esas imágenes le
hacían pensar en los mensajes electrónicos que
contienen virus informáticos".
Aunque la invitación vampirica sigue presente:
"Los sueños de la chica del pelo dorado empezaron hace
tres noches… Ella viene hasta mi puerta, llama con
suavidad y dice "déjame entrar".
El prototipo del vampiro clásico desaparece:
"…su reflejo era visible en los espejos; había
acariciado con gesto amoroso el crucifijo que yo llevaba
colgado".
Y, finalmente, como dice mi amado Bernardo de Claraval:
"La necesidad me hace escribir", trascribo la teoría que
se maneja en la novela de Marks sobre el vampiro, son los
únicos fragmentos que tocan el tema del mito: "Fui a la
Biblioteca de New York y consulté libros sobre vampiros.
Me introduje en un laberinto de misterios, pero hice algunos
descubrimientos también. Los libros más acertados
hablaban de folclore y de temas médicos, nada de lo cual
me importaba. Otros libros ahondaban en la oscuridad: crucifijos
y espejos y agua corriente, murciélagos y lobos en noche
de luna, una burla de la verdad una y otra vez. Torgu no me
había mordido; sus dientes se descomponían.
Él utilizaba un cuchillo y un cubo: sus métodos no
tenían nada de sobrenatural… la mordedura de Torgu
eran sus palabras… Los crucifijos asustaban a
Drácula, pero sólo cuando se encontraban en manos
de creyentes… Pensé en Drácula durante todo
este tiempo. Drácula era un chiste". En estas palabras
resume la teoría del vampiro el señor Marks, Anne
Rice fue más delicada al tomar el tema, pues sin
Drácula no existiría de verdad el mito como es hoy
día el vampiro, y sin Drácula no existirían
palabras como estas, que concluyen, pues el amanecer se acerca y
los verdaderos vampiros, al parecer Torgu no lo es (aun cuando un
personaje le llama AD: Ausencia de Dios), pero el vampiro no es
ausencia de Dios, el vampiro es un ser con falta de luz. Y
más que oscuridad, el vampiro es sangre, sexo y
muerte.
A mi amigo Jorge López
Falcón,
un bibliotecario de
laberintos.
Autor:
José Antonio Pulido
Zambrano
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